A todos nos ha ocurrido en una u otra ocasión: tenemos entre manos una botella de vino pero ningún utensilio con el que abrirla. Si no estamos en el campo, y no es de noche, siempre podemos bajar a comprar un sacacorchos; pero esta opción no siempre está disponible, y acabamos haciendo el bruto hasta que logramos acceder al vino, normalmente metiendo el corcho hacia adentro.
Quizás empujar el corcho es la forma más intuitiva de abrir una botella sin sacacorchos, pero ni es la mejor (es más difícil servir el vino y, lo que es peor, se quedan restos de corcho en la botella) ni es la más sencilla.
Hay tres métodos básicos para sacar el corcho de una botella sin necesidad de arruinar esta.
1. Con un martillo y un tornillo
Puede que no tengamos sacacorchos, pero sí acceso a un tornillo y un martillo. En este caso, es muy sencillo implementar una suerte de herramienta casera con la que abrir el vino sin demasiado esfuerzo.
En primer lugar toma el tornillo (no importa mucho el tamaño, aunque cuanto mayor sea la distancia entre las vueltas de rosca, mejor) y enróscalo en el centro del corcho, hasta que sólo sobresalga un centímetro de este. Si no tienes destornillador, puedes hacerlo también con unos alicantes.
Tras esto utiliza la parte trasera de un martillo para, con ayuda del tornillo, extraer el corcho. También sirven unos alicantes. Y si no tienes tornillos, puedes hacer lo mismo clavando tres o cuatro clavos pequeños en el corcho, formando una línea, y extrayendo después el corcho con el martillo.
2. Con un cuchillo
Quizás no tienes a mano ni tornillos, ni clavos, ni martillos, pero sí un cuchillo. Si este tiene un filo lo suficientemente aceptable (si es de sierra mejor), y de una anchura menor al corcho, estás de suerte.
Sencillamente, coloca la botella en posición vertical e introduce cuidadosamente el cuchillo, con movimientos pendulares y algo de presión hacia abajo. Una vez que hayas logrado clavar bien el cuchillo en el corcho, retuerce este cuidadosamente y tira de forma suave hasta sacarlo. Es el método más peligroso, pues podrías cortarte, así que no lo utilices si no cuentas con un cuchillo decente o no eres especialmente cuidadoso.
3. Con un zapato
Puede que te veas en la necesidad de abrir una botella de vino sin ninguna herramienta a mano (por ejemplo, si has ido de picnic sin planificar nada), pero es poco probable que además estés descalzo.
Basta con tener un zapato para abrir con facilidad una botella de vino. Simplemente coloca la base de la botella en el zapato apoyando esta donde normalmente está tu talón. Tras esto, golpea la base de la botella contra una pared hasta que el corcho sobresalga lo suficiente como para extraerlo con la mano. El zapato sirve para amortiguar el golpe y que la botella no se rompa, pero si no tienes un zapato a mano, puedes usar también instrumentos como una guía telefónica e, incluso, un trapo. Trata de dar golpes fuertes y secos, sólo debes tener cuidado de que no se rompa la botella, pero no tengas miedo de darle con ganas y durante un tiempo, de lo contrario no saldrá el corcho.
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